Pareces haber caído del cielo en la más pura y cálida lluvia. Aunque quizá caíste al lugar equivocado, en el momento erróneo, pues yo posé mis ojos en ti.
[Ahora cuando siento que todo se me va de las manos… Tengo presente tu calidez a mi lado.]
Espero que este escrito no te incomode, pues aunque nos hayamos alejado del camino[a pecar], aún sigues reinando mi mente. Siempre estás tú y sólo tú…
[Aquí es cuando pienso que quizá sólo estoy buscando incomodarte.]
Me gusta recordar esas veces que navegamos a la mar, entre un montón de bella música y extenso cielo. Cuando nos dejamos llevar por nuestras voces y comenzamos a flotar. Y es que a veces ya no sé diferenciar mis vanas fantasías de la realidad.
[Me duele al sentir tu sonrisa ficticia posada en mí y ver que todavía me consumes.]
Y cuando siento que mi mundo se me va de las manos… Te sigo pensando y sonrío al pensar que mi barco llegó a buen puerto, aunque haya sido una estadía corta. Pues tú alzaste mis velas y me enseñaste a navegar contracorriente.
Aunque últimamente hay muchas cosas que me confunden… Hay alguien que me busca y no me exige cosas que sabemos, no puedo dar. [Va a mi velocidad.] En cambio tú, te has ido a la primera señal de alarma. Y mientras te ibas, yo estuve buscando alguna señal de tu regreso en tu andar.
[Pero la luz se esfumó.]
Aún así sigo esperando tu llamada, hacer cualquier cosa por ayudarte. Porque, de cierta manera, aún busco el complacerte. Quizá debería de declinar y parar eso que te ancla a mi corazón. Porque las pequeñas grietas se están ensanchando y tú sigues yendo muy rápido para mí. No bajarás la velocidad.
Aún así te quiero, no lo puedo evitar. No me importa si eso no te satisface, he aprendido a no detenerte. Debería también a no RETENERTE, ni siquiera en mi mente. Debería dejarte ir libre a la mar. Ahora yo estoy dando mi mejor esfuerzo por ir más rápido y espero que algún día tú lo notes.
[Porque me estoy quebrando.]